
El estudio del CEESP, que evaluó datos desde principios de 2024, subraya que la economía mexicana enfrenta un entorno marcado por altos niveles de delincuencia, impunidad y un débil Estado de derecho. Estos factores han contribuido a un ambiente de incertidumbre que afecta tanto a los sectores productivos como a la inversión extranjera.
"Los niveles de incertidumbre se elevan y las expectativas siguen ajustándose a la baja", advierte el documento. La combinación de problemas estructurales, como la inseguridad, y desafíos políticos ha generado que empresarios y analistas adopten una postura cautelosa, reflejándose en una menor inversión y en ajustes negativos en las proyecciones de crecimiento económico.
El informe también resalta que la compleja situación política interna ha intensificado las dificultades económicas. El panorama político, caracterizado por divisiones y falta de consenso, ha obstaculizado la implementación de reformas que podrían fortalecer la economía y garantizar mayor certidumbre para el sector privado.
Para contrarrestar este deterioro, el CEESP sugiere adoptar medidas enfocadas en reforzar el Estado de derecho, reducir los niveles de delincuencia y promover un entorno político más estable. Además, destaca la necesidad de políticas públicas que incentiven la inversión, especialmente en sectores clave que puedan dinamizar el crecimiento económico en el mediano plazo.