
Los expertos proyectan que en los próximos años el mercado internacional continuará demandando una mayor cantidad de crudo, aunque antes de que termine esta década la tendencia va a revertirse, a medida que las energías renovables le ganen terreno a los combustibles fósiles.
Mientras eso no ocurra, el oro negro seguirá haciendo girar los motores de la economía internacional.
En ese contexto, la AIE (Agencia Internacional de la Energía) estima que la producción petrolera mundial se incrementará en 5,8 millones de barriles diarios al 2028 y cerca de una cuarta parte de esa oferta adicional será latinoamericana.