El 7 de enero de 2025, un fuerte terremoto de magnitud 6.8 sacudió el Tíbet, causando al menos 95 víctimas fatales y una destrucción generalizada en la región. Este sismo, con epicentro en el condado de Tingri, también se sintió en Nepal y el norte de la India, provocando pánico en varias zonas cercanas al Himalaya.
El terremoto ocurrió a las 09:05 hora local (02:05 CET) en el condado de Tingri, ubicado en la prefectura de Shigatse, al suroeste del Tíbet. Según el Centro de Redes Sismológicas de China, el sismo se produjo a una profundidad de 10 kilómetros, lo que amplificó su impacto. El epicentro estuvo a unos 85 kilómetros del Monte Everest, lo que hizo que las réplicas se sintieran en regiones cercanas.
Las primeras informaciones reportaron que más de 1.000 viviendas se derrumbaron en el condado de Tingri, uno de los más afectados. Debido a su baja densidad poblacional (4.2 personas por kilómetro cuadrado), el número de víctimas podría haber sido mayor, si bien la geografía montañosa y la altitud de 5,000 metros sobre el nivel del mar complicaron la evacuación y el acceso de los equipos de rescate.
El presidente de China, Xi Jinping, expresó su preocupación por la situación, subrayando la importancia de los esfuerzos para salvar vidas y minimizar las víctimas. Asimismo, pidió la reparación urgente de infraestructuras esenciales y el reasentamiento adecuado de los afectados por el terremoto.
El terremoto fue percibido no solo en el Tíbet, sino también en Nepal y varias zonas del norte de India. En Katmandú, la capital nepalí, los edificios temblaron fuertemente y se activaron las alertas de emergencia. Aunque aún no se han registrado víctimas fatales en estos países, el impacto en regiones montañosas cercanas al Tíbet fue significativo, especialmente en los distritos de Solukhumbu en Nepal, donde las autoridades están evaluando los daños.
En la India, los estados de Bihar y Assam también sintieron el sismo, aunque no se han reportado víctimas ni daños materiales importantes.
Tras el terremoto, el Ministerio de Gestión de Emergencias de China y la Oficina de Mando Antisísmico y de Socorro en Casos de Catástrofe activaron un plan de emergencia, enviando más de 1.500 bomberos locales y equipos de rescate a la zona afectada. La situación se complica por las temperaturas extremas, que en el condado de Tingri pueden llegar hasta 16 grados bajo cero.
El gobierno chino ha reiterado la necesidad de actuar rápidamente para prevenir desastres secundarios, como deslizamientos de tierra, y garantizar que los habitantes de las zonas más afectadas reciban asistencia humanitaria de manera urgente.
El Monte Everest, la montaña más alta del mundo, se encuentra en la frontera entre el Tíbet y Nepal, y también ha sido afectada por el terremoto. Las autoridades chinas han cerrado temporalmente el acceso a la zona para asegurar la seguridad de los turistas y el personal de expediciones, en previsión de nuevos movimientos sísmicos.
Este terremoto, que sigue la reciente serie de eventos sísmicos en la región, pone de relieve la vulnerabilidad del Tíbet y las áreas circundantes al movimiento telúrico. La magnitud del sismo ha tenido un impacto inmediato en las comunidades locales, pero también podría generar consecuencias a largo plazo, tanto en términos de reconstrucción como de fortalecimiento de las infraestructuras en zonas sísmicas.