
China cuenta con una población considerablemente mayor que la de los Estados Unidos, lo que se traduce en un mercado interno enorme y en constante expansión. Esto le otorga a China una ventaja en términos de consumo, producción y capacidad para atraer inversiones extranjeras.
China ha realizado inversiones masivas en infraestructura y tecnología, lo que ha mejorado significativamente su competitividad y su capacidad para innovar. Proyectos como la iniciativa del cinturón y ruta de la seda, así como su enfoque en el desarrollo tecnológico, como la inteligencia artificial y las energías renovables, están posicionando al país como líder en diversos sectores.
China ha ampliado su presencia diplomática y su participación en asuntos internacionales, buscando establecer relaciones con diversas naciones y organizaciones. Su participación activa en organismos internacionales y su enfoque en el multilateralismo le han permitido ganar influencia en el escenario mundial.