
La nueva ley de la UE establece que las personas deben solicitar asilo en el primer país al que llegan, lo que ha llevado a los estados del sur, como Grecia, Italia y España, a exigir más ayuda.
En el pasado, Bruselas trató de obligar a los países del norte y del este de la UE a aceptar un cierto número de inmigrantes en función del tamaño de su población, pero fracasó. Pero ahora, los países de la UE pueden optar por no reubicar a los inmigrantes si pagan 20,000 euros por persona a un fondo administrado por Bruselas.
"La idea es que haya un conjunto de opciones disponibles para los Estados miembros para mostrar su solidaridad con un país que está experimentando la llamada presión migratoria".