Mientras su campaña se enfrenta a preocupaciones financieras, Donald Trump ha optado por la serenidad de su resort en Mar-a-Lago en lugar de estar en la carretera. Lejos de los mítines y eventos públicos, el ex presidente, de 77 años, ha sido avistado cenando y socializando en su lujosa propiedad.

Sin embargo, esta aparente calma oculta una red creciente de problemas legales. Desde el caso de fraude en Nueva York hasta demandas por difamación, Trump enfrenta un panorama legal desafiante que podría llevarlo a múltiples juicios y apelaciones. Entre las acusaciones se encuentran dos casos que alegan conspiración para anular el resultado de las elecciones presidenciales de 2020.

A pesar de estos desafíos, Trump continúa proyectando una imagen de opulencia y éxito. Recientemente, en su plataforma Truth Social, presumió de tener casi 500 millones de dólares en efectivo, atribuyendo su fortuna a su "duro trabajo, talento y suerte".

Con el inicio de juicios pendientes, incluido el caso relacionado con el pago de silencio a una estrella porno antes de las elecciones de 2016, el horizonte legal de Trump está lejos de despejarse. Mientras tanto, su presencia en Mar-a-Lago sugiere una estrategia de retiro relativo, alejado de la intensidad de la política pero rodeado de la comodidad de su propia esfera.