
El Papa Francisco viaja este viernes a Marsella (sureste de Francia) para alertar del drama que viven los migrantes en el Mediterráneo, en pleno debate en Europa sobre la acogida de refugiados.
Desde Venezuela a Centroamérica y México, pasando por Estados Unidos, África y Oriente Medio, los migrantes son una prioridad para el pontífice, que suele expresar el dolor por las tragedias que sufren.
"El Mediterráneo es un cementerio. Pero no el más grande: el cementerio más grande es el norte de África", advirtió el jesuita argentino de 86 años a la prensa en agosto.