En los últimos años, México ha enfrentado un alarmante problema relacionado con el consumo y tráfico de fentanilo, una droga sintética extremadamente potente y peligrosa. Esta problemática ha generado serias preocupaciones en las autoridades de salud pública y seguridad del país.

El fentanilo es un opioide sintético diseñado para aliviar el dolor intenso en pacientes con enfermedades graves. Su potencia es hasta 100 veces superior a la morfina y, en consecuencia, tiene un alto potencial de abuso y adicción. 

La situación del fentanilo en México forma parte de la crisis de opioides que también afecta a otros países, especialmente en América del Norte. El mercado ilícito del fentanilo ha encontrado un nicho en el país, ya que su producción y distribución a menudo proviene de laboratorios clandestinos, dificultando su control y erradicación.